El de hoy es un post sencillo para explicar un conjunto de técnicas respiratorias que forman parte fundamental del Yoga. Un post sencillo para iniciarse en un conocimiento muy profundo.
Se puede encontrar mucha información acerca de uno de los pilares esenciales de la práctica del Yoga junto a las asanas y la relajación. Pero hagámoslo fácil.
Como profesora me gusta dejar que los alumnos comiencen entendiendo en qué consiste la respiración natural. Nos acompaña durante toda la vida. Se produce de forma autónoma, al igual que funcionan otros sistemas del organismo, pero sin embargo, tenemos la capacidad de influir en ella también.
Pues bien, aunque constantemente está presente no siempre somos conscientes de ella y de la estrecha relación que une respiración y estado mental o respiración y estado físico.
Primer consejo:
Entender el viaje de la respiración en nuestro cuerpo desde que entra por las fosas nasales hasta que vuelve a salir al exterior. Un buen profesor de Yoga debe facilitar este tipo de visualizaciones ayudando al alumno a reconocer sensaciones físicas, de ritmo, de movimiento, etc.
Segundo consejo:
Comprender la diferencia entre respiración abdominal, torácica, clavicular e intercostal.
Tercer consejo:
Cada alumno aprende de una forma u otra, practicando o entendiendo conceptos, etc. Es por eso que aunque parezca obvio tenemos que saber que respiramos porque cada una de nuestras células necesita oxígeno, es su alimento. Al igual que nos nutrimos con alimentos que se descomponen en el proceso digestivo y se metabolizan, de la misma manera necesitamos células flexibles y a la vez firmes que permitan la entrada de oxígeno y la salida de los desechos que ya no son necesarios.
Cuarto consejo:
No tener prisa, los ejercicios respiratorios son muy beneficiosos, pero hay que ser paciente. Lo mismo que pueden ser positivos que pueden perjudicar si no se practican bien. Decimos esto porque se recomienda no empezar con técnicas de pranayama avanzadas hasta pasados seis meses de práctica de asanas.
Quinto consejo:
Inicia tu práctica de manos de una persona formada y cualificada para hacerlo. Esta persona debe respetar en qué momento te encuentras y nunca forzar el ritmo que has de llevar en tu práctica, después de todo el Yoga es tomar conciencia de hasta dónde podemos llegar y respetarnos a nosotros mismos.
Sexto consejo:
Podemos inspirar y espirar, pero también podemos retener la respiración con nuestros pulmones llenos y retener con pulmones vacíos, ¿Lo sabías? Pues seguimos.
Séptimo consejo:
La velocidad de entrada y salida del aire, la profundidad en la inspiración y espiración, espirar por la boca, tapar una u otra fosa nasal. Se puede jugar con todas estas variables.
Octavo consejo:
Qué objetivo buscamos con cada tipo de respiración. Tal vez sea relajar, equilibrar, activar, limpiar el aire residual de nuestros pulmones. Hay ejercicios de respiración que además son Kriyas, limpiezas.
Noveno consejo:
Empieza por técnicas básicas una vez entendida e incorporada la respiración natural. Un ejemplo puede ser una respiración alterna de fosas nasales. El pulgar se utiliza para tapar la fosa nasal derecha y el anular y meñique juntos para tapar la izquierda, este gesto con la mano se denomina Vishnu Mudra o Prana Mudra (Ver en la foto más abajo)
Explicamos el proceso:
- Siéntate correctamente.
- Tapa la fosa nasal derecha.
- Espira completamente por el orificio izquierdo.
- Haz una pausa de 1 o 2 segundos.
- Inspira por el lado izquierdo.
- Tapa la fosa nasal izquierda.
- Haz una pausa de 1 o 2 segundos.
- Espira por la fosa nasal derecha.
- Pausa de 1 o 2 segundos.
- Inspira por la fosa nasal derecha.
- Tapa la fosa nasal derecha.
- Pausa de 1 o 2 segundos.
- Espira por la fosa nasal izquierda.
- Repite el ciclo.
Para comenzar puedes igualar los tiempos de entrada y salida del aire, de manera que resulte cómodo para ti, o bien doblar el tiempo de la espiración para favorecer la relajación. A medida que se va profundizando en la práctica se van variando esos tiempos y las retenciones serán más prolongadas. La inspiración no ha de ser demasiado profunda.
Décimo consejo:
La duración de la práctica debería ser de unos 3 minutos para empezar y subir gradualmente hasta veinte minutos. El mejor momento para la práctica es por la mañana temprano, pero si no se puede, practicar a cualquier hora del día reportará beneficios igualmente.